Astrofísica

Contaminación Lumínica y el Observatorio Astrofísico Guillermo Haro

La contaminación lumínica es probablemente la evidencia más clara de cómo podemos tolerar y vivir en un medio contaminado aceptándolo al punto de olvidarnos de la presencia de la contaminación. Todo mundo está consciente de que en la ciudad no es posible apreciar la belleza del cielo nocturno, pero prácticamente nadie está consciente de que se trata de un problema de contaminación y que es posible reducirla considerablemente. Esto sin contar el efecto adverso de la iluminación urbana en el hábitat de animales nocturnos.

Por fortuna existe una creciente conciencia del problema de la contaminación lumínica, su efecto adverso en el estudio del Universo, y la forma de reducirla. Así en julio de 1992 la UNESCO emitió la "Declaración sobre la Reducción de los Impactos Ambientales Adversos a la Astronomía". Los astrónomos a su vez han empezado a agruparse en asociaciones como la Dark Sky Association ("Asociación del Cielo Oscuro"). Ciudades como Tucson han implementado una mejor iluminación urbana, con beneficio no solo para los observatorios cercanos sino para la población en general, que tiene una iluminación mas adecuada con menor consumo de energía.

La iluminación urbana es perceptible a grandes distancias, de forma que hoy en día es muy difícil encontrar un lugar donde no se perciba la luz de alguna ciudad. Sitios con la oscuridad necesaria para un observatorio astronómicos profesional escasean cada vez más, siendo ahora frecuente que observatorios ya establecidos enfrenten el creciente problema de la contaminación lumínica. El Observatorio Astrofísico Guillermo Haro (OAGH) se encuentra a 13 kms. de la relativamente pequeña ciudad de Cananea, cuyo reflejo en el cielo puede apreciarse en la siguiente  fotografía tomada en dirección a Cananea desde el sitio del OAGH con una película Ektar ASA 1000 montada en una cámara Pentax SP1000. La fotografía, tomada alrededor en 1996 o principios de 1997, muestra un halo más brillante y extendido que el perceptible a simple vista.

 


La imagen de abajo muestra un montaje de tres fotografías de la ciudad de Cananea tomadas en la misma época que la foto anterior. Cananea, situada mil metros por debajo del sitio del observatorio, se extiende unos veinte grados por debajo del horizonte hacia el Sureste. De acuerdo a los resultados preliminares del censo del INEGI realizado en el año 2000, el municipio de Cananea cuenta con 32,074 habitantes. A mediados de 1996 contaba con 1800 lámparas luminarias, de las cuales poco más de mil funcionaban. En 1997 la mayor parte de las lámparas de mercurio (luz blanca en la foto) fueron reemplazadas por lámparas de sodio de alta presión. A finales de 1997 la compañía minera Mexicana de Cananea cerró la operación de la chimenea que emitía sin interrupción humos, con evidente olor ácido, hacia la ciudad, como se aprecia en el lado derecho de la fotografía. La clausura de ésta chimenea ha sido de notable beneficio para la salud de la población de Cananea.

 


Estimaciones burdas (a ojo o deducidas por la distancia y número de luminarias) sitúan la magnitud integrada de Cananea en -7. Los datos disponibles acerca del brillo del cielo sugieren que el cielo en el sitio del OAGH tiene un exceso de brillo de una magnitud por segundo de arco cuadrado, con una posible diferencia de 0.7 y 0.5 mag/arcsec, en los colores B y V respectivamente, en las direcciones hacia y opuesta a Cananea. Esperamos confirmar y cuantificar adecuadamente este resultado usando el telescopio MEADE de 16 pulgadas.

 

Declaración Acerca de la Reducción de Impactos Ambientales Adversos a la Astronomía

Nosotros los participantes de la Exposición IAU/ICSU/UNESCO sobre Impactos Ambientales Adversos a la Astronomía declaramos que el cielo nocturno, con sus hermosas estrellas y su mensaje acerca de nuestro lugar en el Universo, es un precioso tesoro de la humanidad, en el cual confiamos para nuestro conocimiento y compresión de nuestros orígenes y destino, y que la astronomía es una de las más fundamentales, apreciadas y accesibles de las ciencias.

Sin embargo, encontramos de la civilización que nutre nuestra ciencia está produciendo un entorno con una influencia negativa desesperadamente seria sobre la ciencia astronómica. Los cielos, que han sido, y siguen siendo, una inspiración para toda la humanidad, han sido dañados hasta el punto de ser desconocidos para las nuevas generaciones. Un elemento esencial de nuestra civilización y cultura está perdiéndose rápidamente y ésta pérdida afectará a todos los países del mundo.

Creemos que éste es un problema global que debe ser abordado por organizaciones intergubernamentales y, acordemente, solicitamos a la UNESCO y al ICSU (Consejo Internacional de Uniones Científicas) a emplear todos los medios disponibles para proveer asistencia a la astronomía; a preservar los sitios de los mejores observatorios astronómicos con la protección adicional de la designación como Patrimonio de la Humanidad; a instar a estados miembros a proveer protección legal a sus principales observatorios con el fin de preservar las condiciones naturales de observación; a instar a las agencias espaciales y al Comité de las Naciones Unidas para el Uso Pacífico del Espacio Exterior a lograr acuerdos en los niveles de desperdicios espaciales y buscar procedimientos factibles de remover esta amenaza a la observación astronómica; a instar a todas las organizaciones gubernamentales, intergubernamentales y no-gubernamentales cuyas actividades puedan afectar el ambiente astronómico a poner el mayor empeño en asegurar que el impacto de sus efectos sea mínimo y a perseguir la investigación de vías para la potencial protección legal a nivel internacional.

 

Última actualización:
22-09-2021 / 12:09 por: Liliana Perea Centeno

 

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